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¿Puede ser mi hijo un bebé de alta demanda?

08-02-2016
 
Los bebés de alta demanda duermen menos, lloran más y reclaman más atención de lo habitual.
 
Llora todo el tiempo, solo quiere que lo tengas en brazos, apenas duerme (ni de día ni de noche), quiere el pecho a todas horas, no puedes dejarlo ni un minuto.  
Aunque muchos padres definen a los hijos con este comportamiento como niños “malcriados”, existe un término más científico que los agrupa: bebés de alta demanda.   Los bebés de alta demanda son difíciles porque duermen menos, lloran con mayor frecuencia y reclaman más el contacto con sus padres.
El término "bebé de alta demanda" lo instaló el pediatra americano William Sears, miembro de la Academia Americana de Pediatría y autor de más de 30 obras sobre la crianza con apego. Sears, padre de ocho hijos, utilizó por primera vez esta denominación para definir el comportamiento "diferente" de su cuarta pequeña, Hayden: un bebé absorbente, hipersensible, incapaz de calmarse con los estímulos normales. En definitiva, era una niña que reclamaba mucha más atención de lo habitual.
 
¿Qué necesitan los bebés de alta demanda?
Todos los bebés necesitan mucha atención por parte de sus padres, sobre todo durante los primeros meses. Sin embargo, los niños de alta demanda van más allá. 
Los bebés de alta demanda son niños intensos, absorbentes, hiperactivos, que toman pecho con mayor frecuencia, que se despiertan a menudo, insatisfechos, ansiosos, hipersensibles y que necesitan mucho contacto físico. 
La convivencia con un pequeño así puede resultar bastante difícil, ya que lloran con mucha intensidad y no soportan estar lejos de su madre.  Están siempre en estado de alerta, apenas duermen (20 minutos seguidos, máximo) y el más mínimo ruido les despierta.  Cualquier tarea cotidiana se vuelve difícil en estas circunstancias.
 
¿Cómo reconocemos a los bebés de alta demanda?
Los bebés de alta demanda tienen algunas características comunes que pueden advertir a los padres de que su hijo forma parte de este grupo:
-Tienen los ojos grandes y siempre muy abiertos, observan todo con atención desde el primer día.
-Sujetan la cabeza casi sin ayuda nada más nacer y no aceptan la posición boca abajo: quieren estar siempre erguidos mirando todo.
-No permiten que se les deje ni un segundo alejados del cuerpo de su madre ni de día, ni de noche.
-A estos bebés no les gusta ir en coche: lloran de un modo desesperado.
-No toleran la cuna, el carrito, algunos ni siquiera los portabebés, solo quieren estar en brazos.
-No les gusta el baño y es muy difícil hacerles tomar medicinas.
-No dejan que ninguna otra persona los cargue o tome contacto con ellos, lo cual dificulta mucho cualquier actividad social, incluso la consulta con el pediatra.
 
Pautas para padres de bebés de alta demanda
Los padres de bebés difíciles suelen ser incomprendidos por familiares y amigos, quienes generalmente los culpan del comportamiento “antisocial” de su hijo.
Familiares y amigos pueden no entender que el pequeño tenga un comportamiento diferente y achacan con frecuencia a la “malacrianza” o la sobreprotección. "Lo tienes mucho en brazos", "déjalo que llore" o "no puedes estar siempre encima" son algunos de los comentarios habituales del entorno que los padres de estos niños se acostumbran a oír.
Solo quien tiene un bebé de estas características puede entender esta situación.  Por esto lo aconsejable en estos casos es consultar al pediatra para descartar cualquier otra causa que pueda estar generando este comportamiento en el bebé y una vez descartada, no sentirse culpable y aceptar que el pequeño tiene una manera de ser más intensa y es más sensible a los estímulos. 
 
Si eres mamá de un bebé de alta demanda he aquí unos consejos para tí que te van a ayudar.
-Cuida de tí.  Es difícil que puedas atender las necesidades de tu intenso hijo, si no te encuentras bien. Por eso, es conveniente que, en la medida de lo posible, procures dormir y estar descansada.
-Necesidades, no caprichos. Los padres tienen que observar a su hijo y aprender a diferenciar entre lo que es una necesidad y lo que es un capricho infantil. Permite al bebé alguna frustración, poco a poco irá aprendiendo a aceptarlas.
-Olvida los esquemas. Comparar a un niño de alta demanda con otro que no lo es resulta un ejercicio poco recomendable. Crea una propia pauta para el bebé, para poder determinar qué es lo que sí funciona con él.
 
No siempre será un bebé de alta demanda
Las cosas cambian cuando el bebé comienza a adquirir cierta independencia.   Comenzar a gatear y después a caminar y hablar proporcionan al pequeño mayor autonomía y capacidad de expresar sus necesidades sin tener que recurrir siempre al llanto, de forma que la intensidad remite en parte. 
Según Sears: "las características que tanto agotan y preocupan de los bebés de alta demanda se transforman a medida que crece en cualidades positivas".
"Los niños de alta demanda desarrollan una alta empatía, capacidad de análisis y observación, entusiasmo por todo lo que le rodea y una gran creatividad”
l presente artículo fue elaborado y corregido por el comité asesor de bebesencamino.com.